Los enviados especiales de Interpuertas se multiplicaron durante la Romería Ciclista al Santuario de la Virgen de Cortes el pasado primero de mayo para seguir a todos los grupos desde los vehículos de prensa acreditados.
Plan Iron Man (o Maiden con rastas). Lo suyo tiene poca historia: pedalear, pedalear, pedalear. En este grupo, donde había mas jefes que indios, Felipe impuso el control del gasto energético señalando desde el comienzo un ritmo pausado pero constante de 15 kilómetros por hora (“que hay que reservar energías”); José María y Fede hacían valer su veterana experiencia para que los mas impulsivos como Edu, Alex, Miguel Ángel, Nacho o Fran, no se agotaran en su absurda esperanza de alcanzar a los imparables pequeños que salían desde Balazote o El Jardín; Pablo hizo labores de coche escoba para Raúl, Xhule y Luís, que parecía no haber dormido en toda la noche.
Plan Bala-zote. Este grupo fue el mas accidentado de todos: nada mas salir y como consecuencia de su fuerza descomunal, Pitu reventó el pedal de su bicicleta, pero con tal de que su hermano Miguel Ángel no le pillara, siguió avanzado con un solo pedal. A mitad de camino hacia el Jardín hubo una colisión múltiple sin consecuencias, pero que obligó a Alicia a pedir la ayuda del Safety Car que la recogió en el Jardín junto con Pitu, Marco, Pachi (“me han dicho mis padres que no deje sola a mi hermana”) y Enrique. Mientras, por delante, Jesús Mari –con su bici de la posguerra- llevaba las riendas del resto del grupo Bala-zote, imprimiendo un ritmo tan fuerte que los pobres corredores no podían parar ni para comer una chocolatina: gracias a eso fueron los primeros en llegar a Cortes. En ese grupo estaban también Javi S., Pepelu y Alfonso. Manu tuvo que abandonar la carrera víctima de una avería mecánica que le obligó a pedir el auxilio de las asistencias a la altura de Los Chospes; Carlos por solidaridad también su subió al coche de seguridad.
Plan Chino-Chano. Sin lugar a dudas este fue el mejor plan del día: un pequeño paseo en bici por el monte, una buena comidita en el Horcajo, y llegada triunfal a Cortes sin apenas desgaste; este grupo aglutinó a los mas pequeños y a los descartes del plan Bala-zote, comandados por José Ángel, Rafa, Luis y Fran. Allí estaban sus respectivos hijos José Ángel, Rafiki, Andrés y Fran; además de Luis, David, y las valientes Lucía, Viqui, María e Inma.
A las cinco de la tarde todos los grupos ya habían llegado a Cortes, donde tuvimos la santa Misa.
Mención especial merecen Juan de Dios y familia, por dejarnos usar su casa para repostar energías; Quique, Dionisio y David que pilotaron los vehículos de asistencia técnica allí donde fueron requeridos.
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