Torreciudad

Los de 2º ESO nos han enviado un par de fotos de los cuatro días pasados en Torreciudad: visita a todos los rincones del Santuario, jornada de esquí en Piau-Engaly, fútbol-sala en El Poblado, campeonato de Play-Station, guerra de petardos contra los valencianos y muchas cosas más. Foto 1 (gentileza de Juan Emilio): Walter, Gabi, Pablo, Francisco José, Juan Pablo, Arturo y José. Foto 2, un momento de descanso en la dura jornada de esquí. Foto 3: Walter y Pablo.


El viaje se produjo sin sobresaltos; José se sentó en el asiento junto al conductor con animo de darle conversación y entretenerle durante el viaje: misión que cumplió a la perfección durmiéndose escasos cinco minutos después de haberse sentado, despertando sólo de vez en cuando para preguntar: “¿Falta mucho?”. A falta de cd´s Juan Pablo y Walter nos deleitaron con sus duetos improvisados sobre la marcha. Con estos entretenimientos el viaje se nos hizo un suspiro. Esa noche, después de cenar, jugamos a la taba: allí Pablo demostró su avidez por ser verdugo y nunca reo. Plm fue el que mas recibió.

La primera jornada transcurrió en Torreciudad: visitamos el Santuario guiados por Juan Emilio y asistimos a la Santa Misa. Por la tarde jugamos un partido de Fútbol-sala en la pista de césped artificial de El Poblado (allí iremos este verano de curso de inglés). De regreso en el Tozalito dispusimos las cosas para el campeonato de Play-Station: Gabi, Pablo y Francisco José contra Walter y José: a estas horas aún no hemos conseguido aclarar quién ganó.

El lunes dedicamos la jornada al esquí en Piau Engaly. Tras unas primeras lecciones los intrépidos deportistas se disputaron sin vergüenza el premio al esquiador mas patoso de la pista: José hizo bastantes méritos llevándose por delante a cuanto francés se le ponía a tiro; Pablo no paraba de preguntar cómo leches se hacía la cuña para luego no hacer ni caso a las indicaciones recibidas; el estilo de Walter se puede calificar de suicida; Juan Pablo era el más cauteloso siempre y cuando no dejase escapar la percha de subida; Francisco José se empeñaba en darse de tortas en el telearrastre. Al final los ímprobos esfuerzos de los tres maestros del esquí consiguieron de los patosos alumnos algunos descensos de gran belleza.

El viaje de vuelta siguió la misma tónica que el de la ida con José durmiendo a pierna suelta junto al conductor. También tuvo mucho éxito la parada en el Telepizza de Teruel.

Comentarios