La batalla se ha planteado en tres actos, siempre con los mismos equipos: 2º de ESO mas Rubén y Gabi, contra el resto del mundo.
En el primero de los actos, la bisoñez e ignorancia de los soldados ha hecho que el combate fuera mucho mas alegre: todos salían de sus refugios sin temer para nada la fuerza de las balas ni el empuje del enemigo. El resultado ha sido un número de bajas altísimo: Jesús Mari casi no ha tenido tiempo ni de salir de su trinchera. Pablo C., ha hecho diana con Villa, al que ha dejado fuera de combate. Jp y Álvaro han mantenido un duro combate de igual a igual. Finalmente han quedado sobre la pista tres soldados: Fran y César por el lado de los veteranos, contra Alfredo, que defendía la bandera en solitario: como los 300 o los últimos de Filipinas ha rendido la vida con honor.
El segundo acto ha vuelto a ser para los veteranos como consecuencia de las malas artes que da la experiencia: tiros a traición, espías que se chivaban desde fuera de la pista, etc. Claro así cualquiera gana.
Pero entonces ha llegado el tercer acto: la venganza. Allí se ha destapado el verdadero Rambo, Gabi G., que ha tomado la bandera al asalto después de liquidar a la mitad de los veteranos, fielmente protegido por sus vasallos Walter, Jp, Iván, Pablo C., Pablo G., y Marcos. Únicamente Gabi N., ha conseguido contener durante cierto tiempo los embates del bravo guerrero casasdevesano. Pero toda resistencia ha sido inútil.
En el primero de los actos, la bisoñez e ignorancia de los soldados ha hecho que el combate fuera mucho mas alegre: todos salían de sus refugios sin temer para nada la fuerza de las balas ni el empuje del enemigo. El resultado ha sido un número de bajas altísimo: Jesús Mari casi no ha tenido tiempo ni de salir de su trinchera. Pablo C., ha hecho diana con Villa, al que ha dejado fuera de combate. Jp y Álvaro han mantenido un duro combate de igual a igual. Finalmente han quedado sobre la pista tres soldados: Fran y César por el lado de los veteranos, contra Alfredo, que defendía la bandera en solitario: como los 300 o los últimos de Filipinas ha rendido la vida con honor.
El segundo acto ha vuelto a ser para los veteranos como consecuencia de las malas artes que da la experiencia: tiros a traición, espías que se chivaban desde fuera de la pista, etc. Claro así cualquiera gana.
Pero entonces ha llegado el tercer acto: la venganza. Allí se ha destapado el verdadero Rambo, Gabi G., que ha tomado la bandera al asalto después de liquidar a la mitad de los veteranos, fielmente protegido por sus vasallos Walter, Jp, Iván, Pablo C., Pablo G., y Marcos. Únicamente Gabi N., ha conseguido contener durante cierto tiempo los embates del bravo guerrero casasdevesano. Pero toda resistencia ha sido inútil.
En las imágenes puede verse a los dos ejércitos.
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